¿Alguna vez has soñado con desaparecer del mapa por un rato? No hablamos de apagar el celular y quedarte en casa. Hablamos de irte tan lejos, que la civilización quede atrás, que no haya señal, ni supermercados, ni prisa. Lugares donde el cielo se ve más grande, el silencio suena diferente, y el tiempo se vive de otra forma.
stos siete destinos no están en las listas de “top 10 playas para relajarte”, pero si lo que buscas es aventura real y desconexión total, prepara tu mochila: estos son los rincones más remotos y fascinantes del planeta.
Tristán da Cunha, Reino Unido – Atlántico Sur
¿Te imaginas vivir en una isla donde el barco más cercano llega después de 6 días navegando desde Sudáfrica? Bienvenido a Tristán da Cunha, un archipiélago volcánico perdido en medio del Atlántico, con sólo 250 habitantes.
No hay aeropuerto, ni hoteles, ni Wi-Fi. Pero hay acantilados épicos, vacas pastando por la calle, y una comunidad que vive como si el tiempo se hubiera detenido.
¿Cómo llegar? Desde Ciudad del Cabo (Sudáfrica), en uno de los pocos barcos oficiales que salen al año (sí, solo unos pocos). Hay que reservar con mucha anticipación.
Qué llevar: Ropa para viento y lluvia, buena lectura y paciencia.
Tip: Pregunta si puedes quedarte con alguna familia local. Es parte de la experiencia.

Ittoqqortoormiit, Groenlandia
Coloridas casitas de madera, trineos tirados por perros, auroras boreales sin contaminación, y el océano Ártico a unos metros. Este pueblo en Groenlandia es remoto hasta en su nombre (que cuesta trabajo pronunciar).
Solo se puede llegar por barco algunos meses del año o en helicóptero, y una vez allí, el ritmo es el de la naturaleza: cazar, pescar, sobrevivir.
¿Cómo llegar? Vuelos a Islandia, luego a Constable Point (Groenlandia), y desde ahí en helicóptero a Ittoqqortoormiit.
Qué llevar: Abrigo polar, cámara con batería extra, snacks y curiosidad.
Tip: Es uno de los mejores lugares para ver osos polares en libertad. Pero hazlo con guías expertos.
La Rinconada, Perú
La ciudad más alta del mundo, más de 5 mil metros sobre el nivel del mar, no es precisamente turística, pero sí una experiencia única. Es un pueblo minero donde la vida gira en torno al oro… y a sobrevivir.
No hay agua corriente ni saneamiento, pero sí hay gente trabajadora, montañas imponentes, y un aire tan delgado que cada paso cuesta. Es rudo, pero inolvidable.
¿Cómo llegar? Desde Puno, hay que tomar transporte local hasta Ananea y luego subir en taxi o camioneta a La Rinconada.
Qué llevar: Medicinas para el mal de altura, linterna, papel higiénico y abrigo muy grueso.
Tip: No es un lugar cómodo, pero es real. Ideal para viajeros con alma documentalista o fotógrafos extremos.

Isla de Pascua, Chile
Sí, es más conocida, pero no menos remota: está a 3,500 km de cualquier otro lugar habitado. Solo llegar ya es una aventura. Pero una vez allí, entre moáis, volcanes, playas rosadas y leyendas, todo vale la pena.
Rapa Nui tiene una energía especial. No hay muchas ciudades que te hagan sentir tan lejos… y tan conectado con algo ancestral al mismo tiempo.
¿Cómo llegar? Desde Santiago de Chile, hay vuelos semanales (LATAM es la única aerolínea que opera).
Qué llevar: Protector solar, repelente, efectivo (los cajeros son limitados).
Tip: Alquila una bicicleta o scooter para recorrer la isla a tu ritmo.
Alert, Canadá
Este es el punto habitado más al norte del mundo. Está a solo 817 km del Polo Norte y no hay nadie viviendo ahí permanentemente, pero sí científicos y militares que hacen rotaciones todo el año.
La temperatura puede bajar a -40 °C (o menos) y en invierno no hay sol por meses. Es como vivir en otro planeta.
¿Cómo llegar? A través de vuelos militares o de investigación desde Canadá, con permisos especiales. No es un turismo fácil, pero existen expediciones científicas donde puedes aplicar como voluntario.
Qué llevar: Ropa térmica de verdad, protección para la piel y mucho té caliente.
Tip: Si no puedes llegar a Alert, prueba con Qaanaaq (Groenlandia), también súper al norte y más accesible.

Motuo, China – Tíbet
Durante años, fue el único lugar en China sin carretera. Para llegar, aún hoy, hay que caminar, cruzar puentes colgantes, adentrarse en la selva tibetana y tener fe.
Eso sí: lo que te espera al final es un paraíso escondido, con biodiversidad brutal y una cultura que parece salida de otro siglo. Motuo es una joya secreta para quienes buscan espiritualidad y naturaleza pura.
¿Cómo llegar? Desde Lhasa, hay que tomar varios transportes y caminar entre 2 y 4 días, dependiendo de la temporada y el camino.
Qué llevar: Botas de trekking, impermeable, pastillas para purificar agua.
Tip: Ve con guía local o agencia especializada. Es un lugar muy protegido y no siempre abierto al turismo.
Oymyakon, Rusia
Imagina un pueblo donde los coches nunca se apagan porque podrían congelarse. Donde los congeladores son innecesarios porque todo se conserva afuera. Donde el frío es parte de la identidad.
Oymyakon es el lugar habitado más frío del mundo. Pero también es una comunidad real, con escuela, tradiciones, y una belleza congelada que impacta.
¿Cómo llegar? Desde Yakutsk, se viaja por la “Carretera de los Huesos”. En invierno, solo en convoyes o con chóferes locales experimentados.
Qué llevar: Ropa para -50 °C (en serio), batería externa (el frío la agota rápido).
Tip: Enero y febrero son los meses más fríos (y fotogénicos). Ideal para fotógrafos extremos o locos por la nieve.


