Estamos en días de carnaval, festividad que toma fuerza en la Edad Media
y que ha sabido prevalecer a lo largo de los años
Usualmente entre los meses de enero y abril se celebran cerca de 23 carnavales en nuestro país, los cuales muestran nuestra cultura, forma de pensar, y de alguna manera, nuestra relación con Dios. Un producto turístico donde se “entierra el mal humor”.
Sin duda, los más emblemáticos de México suceden en Campeche, Yucatán, Quintana Roo, Baja California, Guerrero, Jalisco, Tlaxcala, Sonora, Sinaloa, Hidalgo, Puebla, Morelos, Chiapas, Estado de México y Tabasco. Algunas de estas fiestas ya son un referente para los visitantes nacionales e internacionales.
Para entender de dónde vienen, es importante irnos con los griegos y los romanos, y los dioses Momo y Dionisio. Momo era el dios de los escritores y poetas, un espíritu burlón y alegre que se reía de todo, pero un día fue expulsado del Olimpo. Por su parte, los romanos celebraban a Dionisio, dios del vino y el regocijo. Con el catolicismo, algunas prácticas cambiaron, pero se quedaron días para que la gente diera rienda suelta a los placeres carnales y pudieran soportar la abstinencia y purificación que conlleva la Cuaresma y que inicia con el Miércoles de Ceniza.
Hay elementos emblemáticos de los carnavales…
El rey feo o el rey Momo, quien lo representa debe tener los atributos del dios, pero también, debe ser grotesco, desinhibido y muy gracioso.
La reina hace alusión a lo carnal de la Tierra, la tentación de la carne, debe ser la mujer más hermosa de la región.
Desfiles y fiestas, para que la celebración de la “carne” llegue a todas partes.
Disfraces y máscaras son para ocultar la identidad de las personas y puedan desinhibirse, de esta manera se evita la deshonra por el mal comportamiento.
Los carnavales no solamente dan diversión, entretenimiento y reconocimiento social y autoestima a quienes participan; generan un retorno de inversión muy interesante para las localidades que los hacen, en algunas ocasiones son pilares de la economía de los municipios. Por ejemplo, en 2022 el Carnaval de Veracruz dejó una derrama económica de 500 millones de pesos con una ocupación hotelera del 90%; el de Mazatlán superó los mil 100 millones de pesos.
Los carnavales significan generación de empleos, son de la gente y para la gente, son ejes de la economía y de la sustentabilidad. Y viendo el panorama internacional, por ejemplo, el de Panamá dejó beneficios por más de 300 millones de dólares, o el de Río de Janeiro movió más de 900 millones de dólares. Entre los más famosos en el mundo están el de Tenerife, Huelva, Murcia, Colonia, Oruro, Venecia y Barranquilla.
Las principales sugerencias para vivir experiencias inolvidables durante la época de carnaval son:
- Reservar con antelación
- Investigar las actividades que se llevan a cabo durante las celebraciones
- Llevar ropa cómoda
- Ser respetuoso de los usos y costumbres locales
- Asegurarse de tener siempre consigo las pertenencias personales y disfrutar a lo grande.
Los carnavales son ancla para la llegada de visitantes a México y no significa un beneficio solamente para los destinos, lo es también para toda la cadena de valor del sector; muchas agencias de viajes y plataformas mueven este gran producto turístico a nivel nacional e internacional. Líneas aéreas, hoteles, restaurantes, productoras y promotoras de eventos, artesanos son parte de esta fiesta que precede a la Cuaresma.