Por Antonio Ocaranza Fernández – CEO de Oca Reputación
Los años de elección presidencial pueden generar inquietud entre los viajeros porque suele haber momentos de incertidumbre. Con frecuencia los visitantes se empapan de lo que pasa en sus destinos turísticos a través de los medios de comunicación y en años electorales la cobertura mediática se incrementa. Es probable que los turistas lean o escuchen noticias sobre elecciones, disputas, controversias, fraudes electorales, violencia, y demás elementos que pueden detonar desconfianza.
Esta situación aplica perfectamente para México en 2024, ya que habrá elecciones el 2 de junio y una transición de varios meses antes de que tome posesión el próximo presidente o presidenta. También otros 64 países sostendrán procesos electorales que afectarán la vida de más de 4.2 mil millones de personas en todo el planeta, incluidos los de países muy poblados como India, Indonesia, Pakistán, Brasil, Bangladesh, Estados Unidos y Rusia.
Por lo general, los extranjeros que deseen visitar México en 2024 recurrirán a lo que digan los medios de comunicación para tener una idea de lo que ocurre en el país. No es muy claro cuánto impacte en su ánimo que México tenga una elección nacional para decidir visitarlo, pero será inevitable que las noticias internacionales cubran una gran variedad de temas que afecten su imagen internacional. En resumen, México estará sometido a un escrutinio intenso a lo largo de varios meses del año que tendrá un impacto muy diverso en la opinión pública y en los turistas.
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Hay cuatro elementos que dominarán la agenda mediática sobre México en 2024 que pueden generar inquietud en los turistas.
1.- Incertidumbre Político-Electoral
Durante 10 meses, se escribirá sobre la carrera presidencial, la elección misma, la validez de sus resultados y la transición hacia un nuevo sexenio. Aunque la democracia mexicana ha demostrado su solidez en las cuatro elecciones presidenciales del siglo 21, es probable que los medios retomen comentarios sobre nuestro historial de fraude electoral y exageren incidentes y críticas al proceso electoral. El escenario se complicaría si el resultado de las elecciones fuera cerrado, se produjeran movilizaciones o protestas, y se cuestionara la imparcialidad de los órganos electorales como el INE y el Tribunal Electoral.
2.- Inseguridad y Violencia
Aunque la violencia ha sido una constante en la cobertura mediática sobre México durante más de una década, la preocupación aumenta en tiempos electorales. De acuerdo con el proyecto Votar Entre Balas, desde 2022 la violencia política tuvo un incremento significativo al compararse con los cinco años previos, y 2023 fue el más letal. En las elecciones intermedias de 2021 hubo mil 66 delitos y agresiones durante el proceso electoral, que incluyeron 102 homicidios dolosos, abarcando la violencia a 570 de los 2 mil 469 municipios en las 32 entidades del país. En 2024, la situación puede empeorar.
Por un lado, los grupos organizados pactan con candidatos y eliminan a opositores para controlar municipios que les proporcionan una fuente estable de recursos, ingresos sobre obras o venta de materiales e impunidad. La violencia electoral aumentará en algunas regiones del país y el amedrentamiento de candidatos y ciudadanos para inclinar la balanza a favor del preferido del crimen será común. Por el otro lado, el cambio de gobierno a nivel federal y de los estados y la efervescencia electoral es un incentivo para que el crimen organizado busque aprovechar vacíos y ganar espacios.
3.- Ataques a las Instituciones
En parte, la campaña electoral girará alrededor de la defensa o reforma de las instituciones que forman parte del equilibrio de poder en el país. El presidente y su partido buscan reformar al poder judicial, a la suprema corte y al tribunal electoral, desaparecer órganos autónomos como la CRE, INE, INAI y reducir el tamaño del gobierno. La oposición ve en estos planteamientos un ataque a la estructura de gobierno de contrapesos y la construcción de un gobierno autoritario, arbitrario y/o dictatorial.
4.- La evaluación sexenal
El cierre del Gobierno del presidente López Obrador hará inevitable la evaluación de su desempeño. Se escribirá de las grandes obras (el Tren Maya, el Corredor Interoceánico o el aeropuerto AIFA), de sus programas sociales y avances en materia de salario, y de sus limitaciones y errores en materia de salud, lucha contra la corrupción o su política de “abrazos no balazos” para contener la inseguridad. Uno debe convertir esta cobertura también en una oportunidad. Hay muchos aspectos que mantienen a México como un destino atractivo que las elecciones no cambiarán. El Tren Maya tiene el potencial de detonar un gran interés internacional sobre los nuevos sitios arqueológicos y el patrimonio cultural de México.
Acciones de promoción como la exhibición de tesoros del Templo Mayor en el Museo del Quai Branly-Jacques Chirac de París despertarán un gran interés entre visitantes para visitar nuestro país. Incluso si las elecciones no generan convulsión política y se da un cambio de gobierno ordenado, se confirmará la solvencia y madurez de nuestras instituciones democráticas de las que carecen muchas otras naciones en el mundo.
A pesar de las peculiaridades del año electoral mexicano, para muchos turistas 2024 será cómo cualquier otro. Ellos ven el bosque, no los árboles, esto es, los turistas no se meten en las minucias y detalles que preocupan a los mexicanos a diario. Para muchos viajeros, por ejemplo, la inseguridad no será tema. Ya han escuchado antes sobre la inseguridad en México.
El reto de la industria es convertir el reflector que habrá en México en millones de visitas gratas. Así, podrá transformar un año de incertidumbre en una oportunidad. Los operadores deben concentrarse en lo que controlan: la experiencia del turista. Así harán del 2024 un año exitoso en visitas y ventas.