Las políticas de Trump ya afectan al turismo

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Las cifras muestran que ha sido un verano gris para el sector en Estados Unidos

El área metropolitana de Los Ángeles, acostumbrada a recibir multitudes en verano, luce diferente este año. Calles menos concurridas, restaurantes con mesas vacías y filas más cortas en los aeropuertos son señales de un fenómeno que se repite en varios destinos del país: el turismo internacional está en caída.

Presidente Donald Trump

Las cifras confirman lo que a simple vista se percibe. Según la firma de análisis STR, la industria hotelera estadounidense redujo sus previsiones anuales tras registrar una contracción de 0,6% en el crecimiento, atribuida a la incertidumbre global, la inflación y, sobre todo, a las políticas del presidente Donald Trump. Su estrategia “America First” ha generado desconfianza entre los viajeros extranjeros, quienes este verano decidieron mirar hacia otros destinos.

Las Vegas resiente el impacto

Uno de los casos más evidentes es el de Las Vegas. De acuerdo con datos oficiales, en junio de 2025 recibió poco más de tres millones de visitantes, 400 mil menos que el mismo mes del año anterior, lo que significa una caída interanual de 11.3%. El aeropuerto local también lo resiente: en el mismo mes registró un descenso de 6.3% en comparación con 2024.

Videos de residentes y turistas muestran terminales semivacías y hoteles con corredores tranquilos, una postal impensable en la ciudad del juego. Ante esta situación, los grandes casinos han reaccionado con promociones: descuentos en habitaciones, estacionamiento gratuito y la eliminación temporal de ciertos cobros con tal de recuperar visitantes.

Miami y Houston:
retrocesos inesperados

Miami, uno de los destinos favoritos de los latinoamericanos, también enfrenta su primer semestre en retroceso desde 2017. Los aeropuertos que sirven a la ciudad reportaron 400 mil pasajeros menos en comparación con el mismo periodo del año pasado, una caída de 1.5%. Restauranteros locales hablan de “uno de los peores veranos” en mucho tiempo, golpeados no sólo por la baja de visitantes, sino también por el clima de tensión generado por operativos migratorios en la zona.

Houston, Texas, tuvo un desplome aún más dramático: 20% menos de visitantes respecto a junio de 2024. Aunque parte de la comparación se explica porque ese año hubo una alta demanda atípica de cuartos de hotel tras el huracán Beryl, la tendencia a la baja también está relacionada con la pérdida de atractivo para turistas internacionales.

Europa y Latinoamérica miran hacia otro lado

La baja no es solo un fenómeno local: tiene raíces internacionales. El Consejo Mundial de Viajes y Turismo advirtió en marzo que Estados Unidos “iba en la dirección incorrecta”, pues las políticas del actual Gobierno enviaban al mundo el mensaje de un país cerrado. Desde entonces, los vuelos hacia Estados Unidos comenzaron a caer desde mercados clave como Reino Unido (15% menos), Alemania (28%) y España, Irlanda, Ecuador y Colombia, con descensos que van del 24% al 33%.

Las aerolíneas también lo confirman. Avianca, por ejemplo, registra caídas de 12% en sus rutas hacia Miami, a pesar de que el año pasado los colombianos fueron los principales visitantes extranjeros de la ciudad. Los dominicanos, terceros en esa lista, redujeron sus viajes en 20%. Incluso el turismo interno, de estadounidenses viajando a Florida, muestra cifras negativas.

El boicot canadiense

Si hay un país que ha manifestado su rechazo con claridad es Canadá. Las tensiones diplomáticas, alimentadas por comentarios de Trump sugiriendo que Canadá debería convertirse en el “estado número 51”, han generado un boicot tácito. El tráfico aéreo de canadienses hacia Estados Unidos cayó 22% en junio, mientras que los cruces por tierra hacia su país retrocedieron 33%, de acuerdo con cifras oficiales de Ottawa.

Un aviso en letras grandes

La proyección del Consejo Mundial de Viajes y Turismo es contundente: Estados Unidos podría cerrar 2025 con ingresos por turismo de 169 mil millones de dólares, lo que representa una caída de 22,5% respecto al año anterior. Ninguna otra de las 184 economías analizadas experimenta un retroceso similar.

“Es una llamada de atención para el Gobierno”, señaló Julia Simpson, presidenta del organismo. La advertencia es clara: si la mayor potencia del mundo quiere mantener su liderazgo turístico, tendrá que reconsiderar sus políticas y su mensaje hacia los viajeros extranjeros.

Por ahora, la foto del verano en Estados Unidos muestra un escenario poco habitual: destinos icónicos que en otro tiempo rebosaban de visitantes, hoy buscan fórmulas desesperadas para llenar sus habitaciones de hotel y reactivar la caja registradora. Un recordatorio de que, en turismo, la confianza y la hospitalidad pesan tanto como los atractivos naturales o la infraestructura.

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