Para aquellos viajeros que sufren cuando la temperatura baja, les mostramos destinos en donde encontrarán el refugio perfecto
l frío intenso, las noches más densas y los famosos días ‘blue’ convierten al invierno en el candidato ideal para huir del hemisferio Norte y así protagonizar una cálida escapada literalmente del otro lado del mundo.
Si la idea te agrada, entonces es momento de que enfoques tu mirada en ciudades, regiones, países y paisajes que ofrecen impresionante una arquitectura y escenarios que parecen sacados de otro planeta. Aquí algunos sitios para que experimentes los mejores itinerarios.

Desierto de Atacama, Chile
Es una de las postales más conocidas de Sudamérica. Se trata del lugar más árido del mundo, pero regala paisajes de belleza demoledora y dramática: entre salares, termas, géisers y grandes minas de cobre. A lo largo del desierto encontramos pueblos con influencias incas, con fiestas durante todo el año que atraen a visitantes de todo el mundo.
El punto de partida es Pedro de Atacama, una ciudad que parece haberse quedado detenida en el tiempo. Aquí encontrarás poca electricidad y Wi-Fi limitado, un lugar auténtico, pero bien preparado para atender a los más de miles de visitantes que llegan cada año.
Por sus laberínticas calles encontrarás tiendas de regalos, pequeñas cafeterías, así como locales que ofrecen hermosas artesanías.
Buenos Aires, Argentina
La capital de Argentina es un clásico del verano austral. Si bien muchos viajeros adoran visitar sus sitios más turísticos como el barrio de la Boca o el cementerio de la Recoleta, en esta época la urbe está llena de flores.
Sobre Avenida del Libertador, en el norte de Buenos Aires, se halla el Parque Tres de Febrero, mejor conocido como Bosques de Palermo. Durante la primavera y el verano austral (septiembre a marzo), aquí el viajero admira cómo la naturaleza invade a la «Ciudad de la Furia».
El parque cuenta con una zona llamada El Rosedal, en donde, de acuerdo con la Oficina de Turismo de Buenos Aires, hay más de 18 mil rosas que provocan una explosión de color y de fragancias.
Justo a unos pasos se encuentra el Planetario Galileo Galilei. Se trata del principal centro de divulgación de astronomía de la capital. Cuenta con una cúpula donde se reproducen cerca de 8 mil 900 estrellas y planetas del universo.
Para los amantes del arte, Buenos Aires cuenta con 200 teatros aproximadamente en los que se presentan desde pequeñas obras de cámara hasta musicales y óperas. Es tan querido el arte escénico en esta capital que compañías de teatro de países vecinos, como Uruguay y Paraguay, realizan largas temporadas con diferentes puestas.
No hay que olvidar al Teatro Colón, la sala de ópera más importante de la ciudad y considerada una de las cinco mejores del mundo. Fue inaugurado el 25 de mayo de 1908 con una función de Aída de Giuseppe Verdi.
Papúa, Nueva Guinea
Sobran las razones para viajar a Papúa Nueva Guinea, una isla paradisíaca del Pacífico donde los arrecifes de coral, los volcanes y las playas idílicas están por todas partes. Es uno de los destinos más enigmáticos, a donde casi no llega el turismo, para muchos ¡un paraíso desconocido!
Se encuentra en el Mar del Coral, que recibe su nombre por albergar la Gran Barrera de Coral, el arrecife de coral más grande del mundo. Las playas de Papúa Nueva Guinea resultan ideales para hacer snorkel, admirar las diferentes especies de coral o deslizarse por sus aguas cristalinas haciendo surf. Específicamente la Bahía de Milne alberga increíbles cascadas escondidas y montes bañados por selvas tropicales.
Los escenarios de este país son tan bastos que es tierra de volcanes, con más de 60, algunos de ellos los más activos del Pacífico; también ofrece a los viajeros la posibilidad de hacer senderismo en el monte Wilhelm, el punto más elevado de Oceanía; o bien realizar el Kokoda Track, una ruta de 96 kilómetros que cruza el país a través de una selva tropical.
Nueva Gales del Sur, Australia
Australia pasó más de dos años cerrada al turismo y aislada por la pandemia. Ahora que ya se puede volver a viajar al otro lado del mundo es un buen momento para redescubrir este país, especialmente la región de Nueva Gales del Sur.
Ahí se encuentra Sídney, que ofrece infinidad de experiencias a los viajeros, desde tiendas de diseño en Double Bay, la famosísima Ópera de Sídney, el puente Harbour Bridge y Paddington Reservoir, un antiguo acueducto convertido en jardín.
Sin embargo, Nueva Gales del Sur es más que la capital australiana, cuenta con otros lugares de ensueño como la Isla de Lord Howe, que está rodeada de aguas turquesa que albergan un arrecife de coral intacto repleto de vida marina, donde conviven más 450 especies de peces, y solo se permiten 400 visitantes a esta zona a la vez.